jueves, 11 de noviembre de 2010

ANA VALERIA CRUZ

¿Tu cuchillo o mi cuchillo?
“Más vale tarde que nunca” son las palabras que debí haber recordado.  Fueron las vacaciones más increíbles de mi vida, no podía pedir más. Tenía todo lo que una chica de 16 años podía tener, era linda, creativa, buena amiga, pelo castaño, ojos oscuros, un poco reservada y a la vez un poco curiosa. Estaba en un colegio perfecto, tenia amigas, un novio hermoso, una familia perfecta y por supuesto sobre todo lo demás, una cara perfecta.
Cuando empezaron las clases, lo primero que me fije fue en mi muy popular novio llamado Pablo. El era alto, guapo, ojos cafés, pelo oscuro, romántico y chistoso. ¿Que mas podía pedir? Estábamos todo el día junto, por andar con él había dejado atrás un poco a mis antiguos amigos pero yo sabía que ellos no importaban en mi vida. Pasaron los meses y un día me llega una invitación a una fiesta, y ¡OH!, sorpresa era de mi ex mejor amigo, Juan, el sinceramente se había convertido en un loser completo, pero eso no era lo que importaba, sea lo que sea, el siempre había estado ahí para mi, en las buenas y en las malas.
 Llegó el día de la fiesta y en la casa de Juan, mi ex mejor amigo, hablamos un poco, pero lo note un poco distante a mí, como bravo y resentido. Solo sé que me repitió este refrán “dime con quién andas y te diré quién eres”. Me quede pensando toda la fiesta sobre esas palabras, ¿porque me lo hubiera dicho? ¿Sabría algo que yo desconocía? Eran las preguntas que invadieron mi mente. Esa misma noche me llega a mi blackberry una foto  de una chica que había sido asesinada con un cuchillo con el fin de robarle sus órganos, me escribieron por el pin ten cuidado, el asesino es cercano a ti, “guerra avisada no mata gente”. Analiza a las personas con quién andas, no todas son lo que parecen ser. 
Yo estaba convencida con que Pablo era perfecto, pero no entendía porque a nadie le caía bien, ni a mis padres. Mi madre muy aterrada me decía antes de salir con Pablo “camarón que se duerme se lo lleva la corriente” me repetía una y otra vez, ten mucho cuidado, no confió en el. Pero era como si yo tuviera una venda en los ojos que no me dejaba ver la verdad. Esa misma mañana Pablo me llevo a conocer su casa, estábamos en la cocina y él me empieza hablar sobre lo gravemente enfermo que estaba su padre y que si no le donaban un riñón, un pulmón y un corazón el moriría,  después me mostró su colección de cuchillos. Me pregunto: ¿Cuál prefieres? Yo dije que me gustaba el negro. Pablo se puso muy raro, comencé a aterrarme, de repente se oyen unos gritos de un hombre, era Juan, estaba como loco me gritaba” sal de aquí, sal, sal...” yo no entendía que pasaba, cuando de repente Pablo vino y me intenta clavar el cuchillo, hice todo lo posible para defenderme. Paso lo que menos me imagine, Pablo le clavo un cuchillo por la espalda a Juan, el estaba sangrando demasiado. En los pocos minutos de vida que le quedaban me le acerque y él me dijo unas lindas palabras: “en vida hermano, en vida, es que te tengo que decir esto, soy una total cobarde por dejarte escapar, siempre te he amado y nunca lo dejare de hacer, esto no es un adiós, es un hasta luego” murió Juan. Tenía tanta rabia y furia por dentro, me había dado cuenta que yo también lo había amado siempre, así que no me importaba ser la próxima asesina en serie, tal vez superaría cualquier record de asesinatos. Mate a Pablo, claro que al final tuve que lavar el cuchillo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario