Los refranes de mi abuela
Mi abuela, Beatriz Orrantia, falleció cuando yo tenía ocho años de edad. Ella era muy alegre y descomplicada y decía a todo el mundo lo que le parecía.
Hace mucho tiempo, cuando ella vivía, pasaba repitiendo refranes, es una de las cosas por la que más la recuerdo. Siempre tenía uno adecuado para cada situación, al principio yo me reía ya que en ese entonces yo era muy chica y me sonaba raro y sin sentido lo que decía pero después de un tiempo cuando ya era algo más grande pude comprender lo que realmente significaban y no me causaba tanta risa. Ahora en cambio yo soy la que digo muchos refranes y la mayoría me los enseño ella.
Una vez en un restaurante, ella y mis papás, quiénes son muy divertidos, alegres y conversones, decidieron empezar a hablar sobre mi vecina ya que les parecía raro que últimamente había estado viniendo mucho a mi casa, yo sabía que sus nuevos amigos no eran buenos y que desde que se había estado juntando con ellos había cambiado mucho, ya no quería estar con su familia, además mi mamá se había enterado que no se estaba portando bien con sus papás, y fue ahí entonces que mi abuela dijo una vez más esos refranes que tanto recuerdo: “Quién se junta con lobo a aullar aprende”, me reí mucho no entendía el refrán y pensé que estaba bromeando pero luego mis papás me explicaron que significaba que tal vez obtenía ese comportamiento por sus nuevas amistades, mi abuela también me dijo que tratara de no juntarme más con esta vecina porque si lo hacía tal vez la gente iba a pensar que me estaba empezando a comportar como ella . Tal como el refrán dice: “Dime con quién andas y te diré quién eres”.
Con el paso del tiempo me fui alejando de mi vecina para que no ocurriera lo que mi abuela había dicho. A pesar de que lo hice, se me hizo imposible no saber que era de su vida ya que por más de que ni siquiera quería escuchar de ella otras personas con quién yo estaba la nombraban. Uno de esos días me enteré que mi vecina estaba por quedarse de año en que colegio, que sus padres no sabían qué hacer y que a ella no le importaba, nunca le prestó quizo prestar atención a ese tema. Le conté a mi abuela porque siempre me estuvo preguntando sobre la vida de esta niña desde que se tocó su tema en el restaurante. Lo primero que dijo ella cuando le conté fue “Camarón que se duerme se lo lleva la corriente”. Nunca le conté que me había querido decir con eso pero yo he llegado a la conclusión de que quizo decir que como mi vecina no le puso atención a su problema, y se quedó dormida en vez de hacer algo positivo para arrglearlo, el problema le terminó ganando a ella ya que se quedó de año.
Y en general lo que mi abuela me enseñó en la vida, a pesar de que este refrán no lo decía ella es que “Más vale paso que dure, que trote que canse” y quiere decir que mejor es ir lento, pero seguro de que lo que uno esté haciendo está bien, y no ir consiguiendo metas pero a medias, ya que la vida no es una competencia. No siempre la velocidad es sinónimo de que las cosas están bien hechas, mejor es hacer menos cosas bien hechas que muchas cosas mal hechas o conseguidas.
Ahora en realidad disfruto mucho de los refranes y cada vez que escucho uno nuevo trato de analizarlo para que me deje alguna enseñanza. A pesar de que ahora ya no es mi abuela quién los dice igual me divierto escuchándolos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario