Cuando era pequeña un niño me hablo era lindo y medio raro, parecía rockero y no se veía muy bueno se lo veía agresivo, me comencé a juntar con él, cambié totalmente mi personalidad, ahora era mala, pues “quien se junta con lobos a aullar aprende”. Después de dos meses me transfirieron de clase y era todo otro ambiente, todos me miraron con mala cara y no me dejaban integrarme.
Llegué a casa llorando y le preguntaba cosas a mi mamá, no sabía porque ni siquiera me intentaban conocer, después asumí que me creaban una personalidad totalmente falsa solo por con quien andaba, ahí mi mamá me dijo “Dime con quién te juntas, y te diré quién eres” Nunca olvidaré esa frase. Me decidí a integrarme, poco a poco iba ganando mas y mas amigos, no iba muy rápido porque “Más vale paso que dure que trote que canse” ya estaba ganado más confianza de la gente.
Ya cuando me hice popular, comencé a tratar mal a la gente, desaprovechaba las oportunidades que tenia de llevarme mejor con la gente y me comenzaron a dejar botada de nuevo, uno tiene que ser muy audaz con estas oportunidades que la vida te da por eso siempre digo “Camarón que se duerme, se lo lleva la corriente”.
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